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Bajo el cielo de Colombia (VI)

Amanece temprano en Florencia. Hacia las seis de la mañana la ciudad ya tiene vida, los comercios empiezan su actividad y las calles empiezan a llenarse de personas, coches y, sobre todo, de motos, el transporte de una gran mayoría de ciudadanos de esta comarca.

Se reúne todo el equipo de ACNUR y Armonia Films para desayunar y acordamos comprar comida y agua para llevárselo a la comunidad Chami Puru porque según nos dicen estarán encantados de prepararnos la comida.

Cuarenta y cinco familias forman los Embera Chami, unas ciento setenta personas en total, con un cincuenta y tres por ciento de mujeres y un cuarenta y siete de hombres.

Nos reciben con sorpresa pero aceptación porque los compañeros de ACNUR ya les han comunicado nuestra visita semanas antes. Es costumbre que cuando llegan forasteros se reúnan  con ellos en su tambo, el centro de actividades culturales. En la asamblea o reunión nuestro compañero Gustavo nos presenta y les explica cuál es la labor que venimos a realizar invitándoles a participar contándonos su propia historia. Me dirijo a ellos y les explico que me gustaría que me contaran la situación de ser desplazados internos en Colombia, el por qué les han sustraído sus tierras y qué significado tiene para ellos su nuevo proyecto de comunidad. Tras unos minutos de miradas y ciertos temores, poco a poco, consigo que cada asistente se vaya presentando y se consigue romper ese miedo a lo desconocido, pasando de silencios a sonrisas.

Nos invitan a conocer sus casas y, por supuesto, su vida cotidiana, almorzamos sancocho de gallina, algo exquisito para todos los componentes del equipo.

He tenido la suerte de conocer a Nancy, una mujer maravillosa, una mujer con todos los valores de responsabilidad por la educación de sus hijos que ella sola, sin marido, es capaz de desarrollar como madre cabeza de hogar. Atender su casa,  el huerto y las gallinas ponedoras de la comunidad le dejan tiempo para realizar trabajos de artesanía por los cuales podrá  obtener algunos ingresos irregulares que la servirán para el sustento de su familia.

Llega la hora de salir de la comunidad, algunos me preguntan si mañana volveremos, nos esperan   con una mirada de alegría contenida.

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